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La Radiografía de Pelvis como Herramienta de Diagnóstico

La radiografía de pelvis es una técnica de diagnóstico médico que utiliza radiación ionizante para obtener imágenes de la región pélvica de un paciente. Esta prueba es invaluable en la evaluación de una amplia variedad de condiciones médicas que afectan a la pelvis, incluyendo fracturas óseas, displasia de cadera, infecciones, tumores y trastornos articulares. Al proporcionar imágenes detalladas de los huesos y estructuras circundantes, la radiografía de pelvis permite a los profesionales de la salud diagnosticar y planificar el tratamiento de estas afecciones de manera efectiva.

A menudo, es una herramienta esencial en la ortopedia, la traumatología y la ginecología, entre otras especialidades médicas. Sin embargo, es importante destacar que la radiografía de pelvis implica una exposición a radiación, por lo que se realiza con precaución y solo cuando es médicamente necesario.

Radiografía de pelvis

¿En qué consiste la radiografía de pelvis?

La radiografía de pelvis es un procedimiento médico que consiste en la obtención de imágenes radiográficas de la región de la pelvis de un paciente. Aquí te describo en qué consiste este proceso:

  1. Preparación del paciente: Por lo general, el paciente debe vestirse con una bata hospitalaria y quitarse cualquier objeto metálico que pueda interferir con la calidad de la imagen, como joyas o hebillas. También se le puede pedir que se acueste en una camilla o permanezca de pie, dependiendo de la indicación médica y la posición necesaria para obtener las imágenes.
  2. Posicionamiento: El paciente es posicionado de manera específica para obtener las vistas radiográficas deseadas. En la radiografía de pelvis, se pueden hacer varias proyecciones, como la proyección anteroposterior (AP) o la proyección lateral. En algunos casos, puede ser necesario cambiar la posición del paciente durante el procedimiento para capturar diferentes ángulos.
  3. Exposición a la radiación: Un técnico en radiología operará la máquina de rayos X para dirigir una pequeña cantidad de radiación ionizante hacia la pelvis del paciente. La radiación pasa a través del cuerpo y es absorbida de manera diferente por los tejidos, lo que permite obtener imágenes de las estructuras internas.
  4. Captura de imágenes: Las imágenes radiográficas se capturan en una película especial o en un detector digital. La exposición a la radiación es breve y generalmente indolora para el paciente.
  5. Evaluación y diagnóstico: Una vez obtenidas las imágenes, un radiólogo o un médico especializado en interpretar imágenes médicas las analiza en busca de anomalías, fracturas, tumores u otras afecciones. Estas imágenes ayudan a hacer un diagnóstico preciso y a planificar el tratamiento adecuado.

La radiografía de pelvis es una herramienta valiosa en la medicina para evaluar una variedad de afecciones, especialmente en el campo de la ortopedia, la traumatología, la ginecología y la urología. Es importante destacar que, aunque la radiografía de pelvis implica exposición a radiación, la dosis utilizada es mínima y se hace con precaución para garantizar la seguridad del paciente. Además, se emplea solo cuando es médicamente necesario para obtener información diagnóstica relevante.

¿Para qué se solicita la radiografía de pelvis?

Radiografía de pelvis

La radiografía de pelvis se solicita para diagnosticar y evaluar una amplia variedad de condiciones médicas y anatómicas que afectan la región de la pelvis. Algunas de las razones más comunes por las cuales se solicita una radiografía de pelvis incluyen:

  1. Fracturas óseas: Para detectar y evaluar fracturas en los huesos de la pelvis, incluyendo la cadera, el hueso ilíaco, el pubis y el isquion.
  2. Displasia de cadera: Para evaluar la alineación y desarrollo de las articulaciones de la cadera, especialmente en bebés y niños, con el fin de diagnosticar la displasia de cadera congénita.
  3. Dolor pélvico: Para investigar las posibles causas de dolor en la pelvis, incluyendo problemas en los huesos, articulaciones, músculos, ligamentos o tejidos blandos.
  4. Evaluación preoperatoria: Antes de una cirugía en la región pélvica, como una prótesis de cadera o una cirugía de cadera, se puede realizar una radiografía para planificar la intervención y evaluar el estado de los huesos y las articulaciones.
  5. Infecciones: Para detectar infecciones óseas, como osteomielitis o infecciones de tejidos blandos en la pelvis.
  6. Tumores y masas: Para identificar la presencia de tumores óseos o masas en la pelvis que pueden ser benignos o malignos.
  7. Control de la artrosis: Para evaluar la progresión de la artrosis en las articulaciones de la cadera en pacientes con dolor crónico en la cadera.
  8. Seguimiento de tratamientos: Para evaluar la efectividad de tratamientos como la corrección de fracturas, la colocación de implantes o la fisioterapia.
  9. Evaluación de la posición fetal: Durante el embarazo, se puede utilizar una radiografía de pelvis para determinar la posición del feto en el útero.
  10. Evaluación de prótesis y dispositivos médicos: Para verificar la posición y el estado de prótesis de cadera, placas, tornillos u otros dispositivos implantados en la pelvis.

Es importante destacar que la decisión de solicitar una radiografía de pelvis depende de la evaluación clínica del médico y la sospecha de una afección específica en función de los síntomas del paciente. La radiografía de pelvis es una herramienta valiosa para el diagnóstico y la planificación del tratamiento de afecciones relacionadas con esta área anatómica

Contraindicaciones para la radiografía de pelvis:

Si bien la radiografía de pelvis es una herramienta útil para el diagnóstico médico, también presenta ciertas contraindicaciones y precauciones que deben considerarse. Algunas de las principales contraindicaciones y precauciones incluyen:

  1. Embarazo: Las radiografías de pelvis generalmente implican la exposición a radiación ionizante, lo que puede representar un riesgo para el feto en desarrollo durante el embarazo. Se deben evitar las radiografías de pelvis en mujeres embarazadas a menos que sean absolutamente necesarias y no se pueda obtener la información de otra manera. En estos casos, se puede considerar el uso de métodos de protección fetal, como delantal de plomo y colimadores.
  2. Niños y adolescentes: Se debe tener precaución en la exposición a radiación ionizante en niños y adolescentes, ya que sus tejidos en crecimiento son más sensibles a los efectos de la radiación. Los médicos deben sopesar cuidadosamente los beneficios del diagnóstico frente a los riesgos de la radiación y buscar alternativas si es posible.
  3. Sensibilidad a la radiación: Las personas con una sensibilidad extrema a la radiación o aquellas que han tenido una reacción alérgica previa a medios de contraste radiográfico deben informar a su médico antes de someterse a una radiografía de pelvis. En algunos casos, pueden requerirse medidas especiales o pruebas de alergia.
  4. Posibles complicaciones de medios de contraste: Si se planea usar un medio de contraste radiográfico, como en una angiografía de pelvis, es importante tener en cuenta posibles contraindicaciones, como alergias conocidas a medios de contraste o afecciones médicas que puedan aumentar el riesgo de reacciones adversas.
  5. Riesgos a largo plazo: Si una persona ya ha estado expuesta a múltiples radiografías en el pasado, especialmente durante un período corto de tiempo, puede haber un riesgo acumulativo de exposición a la radiación. Los médicos deben tener en cuenta esta historia de radiación previa al solicitar nuevas radiografías y buscar alternativas cuando sea posible.

En todos los casos, la decisión de realizar una radiografía de pelvis debe ser tomada por un médico después de evaluar cuidadosamente los riesgos y beneficios, y considerando las necesidades de diagnóstico del paciente. Siempre se deben seguir las prácticas de radiología segura, como la minimización de la dosis de radiación y el uso de protección radiológica adecuada, para garantizar la seguridad del paciente.

La Radiografía de Pelvis como Testigo Médico

En conclusión, la radiografía de pelvis es una técnica de diagnóstico médico valiosa que permite obtener imágenes detalladas de la región pélvica para diagnosticar una variedad de afecciones, como fracturas óseas, displasia de cadera, infecciones y tumores.

Aunque es una herramienta poderosa, se debe usar con precaución, especialmente en embarazadas, niños y en casos de sensibilidad a la radiación, y siempre bajo la supervisión de un profesional de la salud que evalúe los riesgos y beneficios. Su empleo adecuado contribuye significativamente al diagnóstico y tratamiento efectivo de condiciones médicas relacionadas con la pelvis.

Fuentes:

Stoneback JW, Gorman MA. Pelvic fractures. In: McIntyre RC, Schulick RD, eds. Surgical Decision Making. 6th ed. Philadelphia, PA: Elsevier; 2020:chap 147.

Williams KD. Spondylolisthesis. In: Azar FM, Beaty JH, eds. Campbell’s Operative Orthopaedics. 14th ed. Philadelphia, PA: Elsevier; 2021:chap 40.

Blink: grupoptm.com
Blink: cirugiabariatrica.app

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